Salerno, 10 de septiembre del 2017. Anna cuenta de sus experiencias en una escuela de idiomas en Italia. Lo que más le gusto era que la trataron como una empleada y no como una practicante. El trabajo era exigente y Anna aprendió como funciona una escuela de idiomas privada. En su tiempo libre durante las tardes y los fines de semana Anna exploró la costa Amalfitana. “No puedo creer lo afortunada que fui – no podía parar de hacer fotos”. Con la familia anfitriona y otra gente que conoció, Anna podía practicar mucho el italiano que aprendió. Espera que otra gente “pueda vivir lo que yo he vivido.”